Ginebra, 23 de mayo de 2016 (OPS-OMS)- Asegurar el acceso de las mujeres y las adolescentes a los servicios de salud -incluyendo servicios de prevención, tratamiento y medicamentos para prevenir la transmisión de madre a hijo- será clave para terminar con la epidemia de VIH para 2030, coincidieron en afirmar delegados de países de las Américas y del mundo que participaron en un evento paralelo a la 69ª Asamblea Mundial de la Salud.
La Reunión de alto nivel: prestar atención de manera inmediata a las mujeres y las adolescentes para poner fin a la epidemia del sida fue organizada por la Primera Dama de Panamá y embajadora especial de ONUSIDA para América Latina, Lorena Castillo de Varela.
En 2014 en el mundo, 17,4 millones de mujeres mayores de 15 años vivían con VIH y 870.000 se infectaron con el virus. Entre las nuevas infecciones en adolescentes, el 62% fueron mujeres. Además, 420.000 mujeres murieron por causas relacionadas con el VIH ese año. La región del África Subsahariana es la más afectada.
“Para reducir las nuevas infecciones y muertes relacionadas con el VIH, debemos aumentar la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres para que puedan tomar decisiones autónomas sobre su propia salud y vivan libres de toda forma de violencia”, afirmó Castillo de Varela y llamó a involucrar a las mujeres y adolescentes “en el diseño e implementación de programas esenciales que cubran sus necesidades de salud”.
El ministro de Salud de Panamá, Javier Terrientes, señaló que “las mujeres son esenciales para poner fin a la epidemia de VIH” y mencionó las acciones desarrolladas por su país para avanzar en ese camino, las que están alineadas a las estrategias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ONUSIDA. “Desde hace más de 15 años, Panamá entrega gratuitamente los medicamentos para tratar la infección y la prueba del VIH alcanza al 90% de las embarazadas”, destacó. “La prevención y el tratamiento temprano son pilares fundamentales para terminar con la epidemia”, aseveró.
“Hay 1800 millones de adolescentes y jóvenes en el mundo. Si no nos ocupamos de ellos, no vamos a poder lograr nuestro objetivo de terminar con la epidemia de VIH para 2030”, remarcó la Directora General de la OMS, Margaret Chan. “Las mujeres y niñas deben gozar de las oportunidades para alcanzar su máximo potencial, tenemos que luchar contra la discriminación y la violencia contra las mujeres y las jóvenes, y para hacerlo hay que trabajar con los hombres”.
Flavia Bustreo, Subdirectora General de Salud de la Familia, de la Mujer y del Niño de la OMS, indicó que en muchos países las mujeres, jóvenes y niñas tienen mayor riesgo de adquirir el VIH y son quienes padecen la mayor carga de la epidemia. “El VIH sigue siendo la segunda causa de muerte de adolescentes en el mundo”, lamentó y señaló que la prevención y el tratamiento deben ser incorporados durante todo el ciclo de vida de una persona, con un enfoque que comienza con un lactante que nace libre de la infección. “Podemos detener la epidemia adoptando un enfoque integral para las mujeres y jóvenes, incluso alcanzando a sus compañeros, vinculando la prevención del VIH con la salud reproductiva”, aseveró.
Para Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA, “es una cuestión de derechos humanos, igualdad de género y justicia social ocuparse de la salud de las mujeres y el VIH”.
Sidibé mencionó que en el 2000, apenas el 1% de las embarazadas del mundo recibía tratamiento contra el VIH para seguir viviendo. En 2010, ese porcentaje trepó al 73%. Además, el número de nuevas infecciones de VIH en niños cayó casi un 60% desde el 2000. “Con voluntad política se puede evitar la transmisión madre a hijo. Cuba es un excelente ejemplo de esta eliminación”, manifestó y llamó a “acelerar el paso y asegurarse de que todas las mujeres y niños estén incluidos y nadie quede a la zaga”.
Además de Panamá, patrocinaron el encuentro Canadá, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos y República Dominicana, junto con Australia, Costa de Marfil, Portugal, Sudáfrica, Suiza y Zambia; y lo apoyaron el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la Secretaría de la OMS y ONUSIDA.
La situación regional
Se estima que en América Latina, 1,7 millones de personas, incluyendo 33.000 niños, vivían con VIH en 2014, y que son mujeres el 31% de todas las personas infectadas de 15 años o más. El número estimado de nuevas infecciones se ha mantenido en 87.000 desde el 2011. El estigma, la discriminación y la violencia son barreras significativas para la prestación y el uso de los servicios de prevención y tratamiento en la región.
La ministra de Salud de El Salvador, Violeta Menjívar, contó que su país está disminuyendo los nuevos casos y la mortalidad asociada al VIH, así como la transmisión materno infantil, a través de una estrategia combinada de esfuerzos intersectoriales. Sin embargo, reconoció que en El Salvador, como en varios países de las Américas, prevalecen patrones culturales de desigualdad e inequidad que afectan la situación de las mujeres, niñas y adolescentes frente al VIH.
“Una de cada cinco mujeres con VIH en El Salvador son amas de casa”, describió y señaló que por cuestiones culturales estas mujeres “no pueden negociar con su pareja el uso del preservativo”. Menjívar contó que su país asegura acceso universal a la terapia antirretroviral gratuita, que el Congreso salvadoreño está debatiendo una nueva ley de respuesta integral al VIH y que el 77% de los fondos para la respuesta a la epidemia provienen de fondos públicos, lo que asegura su sostenibilidad.
Ricardo Barros, ministro de Salud de Brasil, señaló que en su país la epidemia está concentrada en grupos clave de la población (como personas trans y hombres que tienen sexo con hombres), pero reconoció la necesidad de darle mayor prioridad a mujeres y niñas, ya que, dijo, “los factores de género siguen siendo determinantes en la epidemia de VIH”. Asimismo, Barros mencionó que su país es uno de los mayores compradores de preservativos femeninos en el mundo. “El año pasado fueron distribuidos gratuitamente 22 millones de unidades”, detalló.
Pamela Hamamoto, representante permanente de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, llamó a “rodear a las mujeres de servicios de salud durante toda su vida” para mejorar su salud y prevenir el VIH, y contó que el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PERFAR) está comprometido a reducir el VIH en los 10 países de África más afectados. En ese sentido, contó, están llevando educación a las escuelas, porque “invertir en la educación de las niñas es fundamental para permitirles vivir la vida que merecen, y romper el ciclo de pobreza y de violencia”.